7 de maig del 2016



Ansiedad, óleo sobre tela,
1894,
Museo MunchOslo
Sólo dime que son tonterías si has sentido la mínima parte que lo que yo sentí. Solo entonces quizás podrás entender mi camino.


Si alguna vez estuviste en lo alto de una montaña, desde donde casi pudiste alcanzar a acariciar las nubes, cuando los sueños parecían hacerse realidad, donde las esperanzas e ilusiones revivían, desde dónde parecías invencible. Entonces quizá entiendas que la caída te rompa en mil pedazos.



Sólo dime que eran tonterías si has sentido como un nudo te quema  la garganta y te impide hablar, como el pecho no consigue retener el aire y soltarlo con facilidad. Sólo dime que eran tonterías si te pasó eso rodeada de gente y a pesar de eso dibujar una sonrisa y mantener la compostura, y al salir y cerrarse la puerta tras de ti sentir que las piernas sin fuerza y temblorosas  son incapaces de bajar las escaleras, agarrarte tan fuerte a la barandilla para no caer mientras el nudo sigue quemando la garganta  y el aire se resiste a llegar a los pulmones.  Llegar al coche y romper a llorar y no saber cómo llegaste a casa.

Sólo dime que son tonterías si cuando tenías tan claro lo que querías te encontraste con un acantilado y no fuiste de capaz de encontrar la manera de cruzarlo. Si en los  intentos  te caíste en el más fondo y oscuro lugar. Sólo dime que son tonterías si no podías dormir por las noches y durante el día deseabas no despertar jamás.  Si yaciste horas en el suelo frío llorando intentando olvidar.

Si cuando pediste ayuda se te cerraron las puertas , si con las actitudes de los demás  te sentiste que no valías nada, que no eras suficientemente buena para nada  y te culpabilizabas de todo,  pero a pesar de eso abriste tu corazón, intentaste explicar tus sentimientos y lo que recibiste fue silencio, entonces dime que son tonterías.

Y a pesar de toda la mierda que me rodeaba fui capaz de asumir que había un problema y que lo iba a resolver. Y no me digas que fueron tonterías porque no fue nada fácil porque seguí encontrando piedras en el camino, pero ya había dado el paso y a pesar de la incomprensión de mi alrededor  ya había empezado a caminar.  Y no me digas que eran tonterías porque tuve que tomar decisiones duras y a pesar del miedo sobreviví.

Y si a pesar de eso sigues empeñándote en decir que eran tonterías te diré que cuando creía que  ya veía la luz, la vida se encargó de recordarme que la única que gana la partida al tiempo es la muerte.

Porque no fueron tonterías lo que vivimos durante  cuatro jodidos meses, no… te lo aseguro… pero esto me  dio la perspectiva suficiente para ver con claridad que sobraba en mi camino. Y ahora si puedo decir que fui VALIENTE.